Ambos productos, tanto el jamón ibérico como el prosciutto provienen del cerdo, pero como ya sabes, no todos los cerdos son iguales, las razas producen diferentes tipos de calidades, y sobre todo, la alimentación que reciben, influye muchísimo en el producto y calidad final.
Por ejemplo, los cerdos que se utilizan para hacer el prosciutto son cerdos italianos, donde las razas tradicionales son la Large White y la Landrace, mientras que los cerdos ibéricos 100% son cerdos ibéricos, únicos y autóctonos, de los que hablaremos más tarde. De todas maneras, si quieres conocer más sobre las diferentes razas de cerdos, puedes pasarte por esta entrada de nuestro blog
Los cerdos italianos son alimentados con maíz y cebada, en la zona norte y centro de Italia, que es donde más tradición existe en este noble arte. Mientras que, en el caso de los cerdos ibéricos, su alimentación a base de bellotas, pasto y raíces. Una parte fundamental para conseguir esa grasa infiltrada, junto con su pastoreo por la dehesa durante la montanera, es esa alimentación que se consigue de los árboles y campos de nuestras dehesas.
El proceso de curación en ambos casos es muy parecido, ambos resultan de un proceso de salado, secado y duración, en el que solamente se utilizan elementos naturales, como es la sal, y en el caso de los jamones ibéricos, en ocasiones la propia manteca del cerdo.
Pero en ambos casos, la mejor forma de disfrutar de ellos es mediante un buen loncheado. Un buen cortador de jamón ibérico es la mejor opción para sacarle todo el partido a usn buena pata de ibérico 100% bellota. Sin embargo, el prosciutto suele ser cortado a máquina, restando algunas de sus propiedades organolépticas.
Y la gran diferencia la vas a tener en boca, cuando pruebas una u otra existe una gran diferencia, tanto en sabor como en textura. Pero esto ya lo veremos en otra ocasión.
Mientras tanto, sigue disfrutando de las estupendas lonchas de tu jamón ibérico de Mencas