La mejor forma de mantener tu pieza de jamón ibérico siempre lista y en perfecto estado para comenzar a lonchear, es mantenerla en un lugar fresco y seco, sin que le de la luz directa del sol, a una temperatura que no supere los 23º, aunque con este calor, hoy en día puede resultar complicado.
Normalmente, el uso de bodegas o despensas para estos menesteres suele ser la mejor opción, lugares de la casa donde la temperatura siempre es fresca, pero no todos tenemos un lugar así en nuestro hogar. Esto es más normal en las antiguas casas de los pueblos.
En el caso lógico y buena elección, de adquirir nuestros sobres de loncheados, la mejor manera de conservarlos es en la nevera, donde podremos mantenerlo hasta que vayamos a consumirlos, aunque para ello lo mejor es sacarlos unos 30 minutos antes de su consumo. Con este calor, puede incluso que haga falta menos tiempo.
En el caso de que tengas mucha, mucha prisa, puedes poner el sobre bajo un chorro de agua templada para acelerar el proceso, pero con el calor que está haciendo es probable que no haga falta esto.
Aunque si tienes una pata de estupendo jamón ibérico, las nociones de conservación son prácticamente las mismas que en invierno, es decir, cubriendo con una loncha de tocino la parte del corte, para que el calor al deshacer la grasa, deje la zona humedecida y no se seque ni estropee.
Con un trapo de algodón limpio evitaremos la acción directa del aire y de la luz, sobre todo en aquellos lugares donde esté puesto muy cerca el aire acondicionado, que seguro este mes está funcionando a tope.