Ahora debes unir casi todos los ingredientes para luego poder manipularlos y darle la forma de bola.
Lo primero de todo, tenemos que realizar el relleno de las bolas con las que vamos a cubrir con el jamón. Así que el primer paso, sería cortar el jamón en finas lonchas o en el caso de que tengas un sobre de loncheados, sacar las lonchas para que se vayan atemperando y sean más manejables.
Mientras el jamón coge temperatura, vas a ir pelando las nueces, o en el caso de que las hayas adquirido ya peladas, las picaremos en pequeños trozos, o bien con una picadora o con el cuchillo, pero siempre con cuidado.
Lo vas a picar bastante, pero lo suficiente para que cuando lo degustes, tenga ese toque crocante. Si dejas los trozos muy grandes, restará sabor al resto de ingredientes y no será tan agradable en boca.
Estas nueces las puedes ir echando en el bol donde vamos a realizar la masa.
Con los dátiles, la operación es la misma. Vas a picarlos bastante pequeños, pero lo suficiente como para que se noten en boca y den ese gusto dulce que tienen. También hay que ponerlos en el bol.
Por último, pones el queso crema en el bol y ahora tienes que mezclarlo todo. Normalmente hay que realizarlo con una cuchara, pero puedes hacerlo con las manos si te resulta más fácil. Este paso no tiene ningún misterio.
Ahora esta mezcla la tienes que ir dando forma. Puedes utilizar una cubitera si quieres que quede un resultado más redondo, o puedes hacerlas a mano. La cubitera es quizás mejor opción para que el jamón quede bien colocado y cubriendo bien la bola.
Para ello, coloca en cada hueco de la cubitera un par de lonchas de jamón, que sobresalgan, y con las manos, o con un par de cucharillas, coloca un poco de la mezcla, rellenando el hueco y tapas con el jamón que sobresalía.
La bola la puedes hacer con las manos, o con dos cucharillas, de la forma que te resulte más cómodo.
Una vez que hayas colocado todo el jamón y la mezcla en la cubitera, solo tienes que llevarlo al frigorífico dentro de un tupper, para evitar que absorba olores o sabores de otros alimentos, y dejarlo entre 30 y 60 minutos.
De esta forma pueden aguantar varios días en la nevera, por lo que siempre vas a disponer de ellos, pudiendo sacarte de un apuro en un momento dado, o para realizar con antelación.
El cebollino se incluye solo para darle un toque de contraste de color con el rojo del jamón.
Solo queda presentarlo, que se puede hacer o bien en cucharas de presentación, o en una bandeja como si de bombones de chocolate se tratase, eso ya lo dejamos a tú elección.
Es una receta sencilla que todo el mundo puede probar a realizar, ¿te apuntas?