Porque son dos opciones a la hora de hacer tu barbacoa, y habrá gente que prefiera de pescado, y otra gente elegirá la de carne, nosotros entre ellos. Eso sí, recuerda que, si vas a hacer de los dos tipos, debes limpiar muy muy bien la parrilla después de acabar el cocinado, para evitar que se mezclen sabores y arruinar a esos comensales.

Además de la carne y el pescado, en ambos casos se suele también aprovechar el calor para cocinar algunas verduras y así darle un toque de color y sabor diferente en los platos. O mezclarla con la carne, realizando sabrosas brochetas.

Verduras como las berenjenas, pimientos, cebollas, tomates o espárragos son algunas de estas verduras que suelen acompañar nuestras barbacoas. Por cierto, el queso tipo brie o mozzarella también es perfecto para estos menesteres.

Un secretito, pon unas patatas lavadas envueltas en papel de aluminio y mételas a la brasa, y conseguirás unas estupendas patatas asadas para acompañar.

Y por supuesto, la carne, el plato principal de nuestra barbacoa. Pero aquí debes estar atento, estar pendiente del calor que hay en la barbacoa y la altura de la rejilla, para poder conseguir el punto óptimo a cada una de los diferentes tipos de carnes que vamos a cocinar.

La barbacoa más clásica suele estar compuesta por panceta, chorizo, criollo, costilla, muslos de pollo, salchichas, hamburguesas, chuletillas de cordero, y un largo etcétera.

Si quieres otro tipo de barbacoas, tienes la opción de las chuletas, chuletones, entrecot, pluma, lagarto, picaña… y todas ellas las puedes encontrar en nuestras carnicerías. Y para comenzar a abrir boca, ya sabes que lo que mejor acompaña son unos estupendos loncheados de Mencas.

Ahora que ya lo tienes todo, ¿a qué esperas de disfrutar de un estupendo día? Eso sí, cuando termines, no te olvides de dejarlo todo bien recogido y bien limpio, que la próxima vez lo tengas todo en perfecto estado para no echar a perder una gran ocasión.