Encontrar un equilibrio entre el sabor de los embutidos o el jamón y el de un vino no siempre es sencillo y es que no todos los vinos pueden encajar con un buen jamón como puede ser el ibérico de bellota. La uva con la que se ha elaborado y su tiempo de maduración favorecen las cualidades organolépticas de cada pieza de embutido o jamón. Siempre recurriremos al vino tinto, bien sea por costumbre o porque es el que más conocemos y es que este vino posee un cuerpo y carácter fuerte que combina a la perfección con el jamón de cebo ibérico. Pero, por otro lado, también tenemos el vino blanco con su punto ácido y ligero que nos limpiará el paladar del exceso de grasa para disfrutar del siguiente bocado, lo podremos acompañar de un chorizo o un buen lomo ibérico.