LA MATANZA Y EL ORIGEN DEL FARINATO

Durante los primeros meses del año era costumbre que hombres y mujeres se arremolinasen en torno a los bancos y mesas de trabajo para procesar toda la carne procedente de la matanza del cerdo, de hecho, esta práctica, totalmente olvidada (o nunca conocida) por los más urbanitas, aún se desarrolla en cantidad de pueblos y pequeñas localidades.

La matanza es el procedimiento habitual por el cual se sacrifican uno o varios cerdos con el objetivo de procesar su carne, preparando normalmente embutidos y jamón para todo el año, garantizando así alimento para toda la familia. Es una costumbre popular de multitud de países europeos, desde tiempos inmemoriales, realizada de forma totalmente artesanal con enormes connotaciones festivas y de celebración.

Otro día, si os parece, podemos hablar de la matanza, su historia y cómo se realiza incluso a día de hoy pero, en esta ocasión, vamos a centrarnos en uno de sus productos: el farinato.

El típico cliché del dicho ‘del cerdo se aprovecha todo’ es más que cierto, y durante esta época del año podemos comprobarlo más que nunca. Incluso la grasa, la gordura, tiene algunas utilidades interesantes de las que ya hablaremos y una de las más importantes es la elaboración de Farinato.

Este embutido tiene su origen en la provincia de Salamanca y también es conocido como ‘el chorizo de los pobres’. Antaño era consumido por la humilde gente de campo que, habitualmente, vendían sus mejores productos, como el jamón, lomo y salchichón. Tan humilde es su origen que podemos encontrarlo en el refranero charro: “El farinato, pa'l gato; la morcilla, pa' la gallina; el chorizo, pa' quien lo hizo; y el lomo yo me lo como.”.

Mencas - Ilustración medieval sobre la matanza

Ilustración de la matanza tradicional en la edad media

La muerte o matanza del cerdo se transformó en espectáculo durante la Edad Media, trasladándose desde el interior de los patios hasta la misma puerta de las casas donde, incluso en la misma calle, los vecinos pudieran  participar.

ELABORACIÓN E INGREDIENTES DEL FARINATO

El farinato es, además, uno de los productos que menos tiempo de curación requiere por lo que es el primero que puede consumirse después de la matanza.

Su producción es sencilla y low-cost, y se elabora principalmente con pan y manteca de cerdo sazonados con sal, pimentón, comino, ajo,  cebolla,  anís en grano, y, en ocasiones, aguardiente aunque, por supuesto, existen tantas variantes de este proceso que podemos encontrarlos con muchos más y menos ingredientes. Otro refrán dice que ‘sobre gustos…’.

En tiempos añejos, las mujeres (siempre las mujeres) acudían al río a lavar las tripas del cerdo, terminando con las manos moradas porque, ciertamente, durante esta época del año el agua del río no baja templada precisamente.

Siguiendo la metodología tradicional, una vez embutida la masa del producto en la tripa se le da forma de herradura atando con la misma cuerda los dos extremos del mismo, se cuece a fuego lento para que no reviente y se ahúma durante tres días en la típica cocina de las típicas casa de la típica sierra de nuestra querida provincia de Salamanca. Posteriormente se cura durante un par de semanas a fría temperatura ambiente.

Actualmente, los  procesos han cambiado poco, conservando su particular sabor tradicional.

Mencas - Farinato Ibérico

Pieza de Farinato Ibérico Mencas

Se elabora principalmente con miga de pan, manteca de cerdo y cebolla, sazonados con sal, pimentón, comino, ajo, cebolla, anís en grano, aguardiente y un poco de aceite de oliva.

¿CÓMO SE COME?

El farinato se consume frito, habitualmente con huevos y patatas, acompañado de un buen vino. En muchos bares podemos encontrar tapas con huevos rotos sobre el farinato, todo revuelto con las patatas, en cazuelitas de barro. Ahora, con la nueva revolución de la cocina, ya lo encontramos acompañando arroces, pastas, hortalizas o incluso como ingrediente principal de croquetas o empanadillas.

Este producto está resurgiendo últimamente por su característico sabor y por su exclusividad. Resulta un embutido económico, de gran sabor y muy socorrido para todo tipo de situaciones. Como ha sucedido con muchos platos en la historia… parece que los pobres vuelven a enseñar a comer a los ricos.

Hoy podemos encontrarlo fácilmente a la venta y su consumo ha llegado incluso a nuestro país vecino, Portugal, donde recibe el nombre de farinheira.

Desde Mencas, apostamos por lo tradicional, por el sabor y por el buen precio, y por este motivo te invitamos a que pruebes nuestro gran farinato ibérico.

Mencas - Huevos con Farinato

Huevos con Farinato

Una de las recetas más tradicionales de la gastronomía salmantina que ya está traspasando fronteras. No hay nada como acompañar al farinato con unos buenos huevos y unas riquísimas patatas fritas.