Cuando pensamos en la gastronomía de nuestro país, encontramos muchas opciones, y muy diferentes, de hecho, cada región tiene las suyas propias. Pero entre todas ellas, el rey de los clásicos de la comida española es y será el jamón ibérico.
Es uno de los típicos tópicos entre los viajeros de otros países, que nos visitan, y la palabra jamón es una de las primeras que aprenden para poder pedirlo en cualquiera de nuestros bares, cafeterías, restaurantes o chiringuitos.
Para nuestro gusto, la trilogía de clásicos de la comida española sería la formada por productos de nuestra tierra, como son el jamón ibérico, el embutido ibérico y cualquiera de nuestros quesos, curados o semicurados.
El cuarto puesto y que podría ser el segundo o el tercero de los clásicos, sería la tortilla española. Un manjar a base de huevo y patata, y para algunos también con cebolla, que suele hacer las delicias de mayores y pequeños.
Único en el mundo, por su sabor, por su tradición en los procesos y técnicas de curación, que proviene de unos animales que tienen sus raíces en estas tierras y que se alimentan de productos prácticamente exclusivos de nuestros campos.
Hoy en día, al estar todo globalizado, las razas autóctonas ibéricas, ya han sido exportadas a otros países de nuestro entorno, e incluso a países más lejanos como China, para intentar reproducir los productos que derivan de su alimentación. Pero nunca llegarán a igualar su sabor.
Los cerdos, con denominación ibérica, son animales criados y conseguidos en nuestra península, es decir, en España y algunas regiones de Portugal, donde intentan, pero aún no han conseguido un producto tan refinado y exquisito como nuestro jamón ibérico.
La alimentación a base de bellotas, raíces, hierba, en bosques que solo se dan en nuestra península, como es la dehesa, con un clima único y que no se repite prácticamente en ninguna otra parte del mundo, nos permite poder conseguir el mejor alimento del mundo, el jamón ibérico.
Todo esto tiene como resultado una carne de los perniles del cerdo ibérico, con la grasa infiltrada que solo estos cerdos pueden conseguir, y que aportar untuosidad, colesterol del bueno y otra serie de beneficios de los que ya hemos hablado en multitud de nuestras entradas a este blog.
Una carne con un sabor único, tan único que tiene su propia definición de sabor, que no se parece a ningún otro alimento, aunque todo el mundo lo intente imitar en multitud de aperitivos o acompañamientos. A su sabor, los japoneses lo han denominado Umami, que significa rico, sabroso, pero que no tiene nada que ver con el resto de sabores que puedes notar con el sentido del gusto.
Y cuando oyes jamón ibérico, comienzas a salivar y sabes que, si es un jamón de bellota 100% raza ibérica de Mencas, la calidad, el sabor y el buen gusto va a estar presente en cada una de las lonchas que vayas degustando.
Ya sabes que en nuestra web puedes llevártelo a casa, pero si quieres opciones más económicas, nuestro querido cerdo ibérico nos proporciona diferentes calidades y sabores que también son únicas y a las que muy poca gente puede o quiere rechazar.
Y aquí tienes para elegir entre las diferentes variedades, del que más te guste. Desde el chorizo ibérico, salchichón ibérico o el lomo ibérico. ¿Cómo rechazar a cualquiera de los tres? Una trinidad ibérica que atrae a mayores y pequeños, de dentro y de fuera de nuestras fronteras.
Aunque quizás puedan tener un menor tirón con los extranjeros, al tener algo más de parecido, a ojos de un inexperto y que no conoce el producto, con una salchicha u otros subproductos que no tienen nada que ver ni en sabor, ni en aroma en comparación a cualquiera de nuestros ibéricos. De hecho, todo aquel que no conoce su calidad, una vez que lo prueba, repite.
Aunque, cada uno tiene un sabor completamente diferente, el chorizo y el salchichón son prácticamente el mismo producto, pero el cambio de especias al curarse, dan como resultado dos ibéricos completamente diferentes y exquisitos.
Y en cualquiera de los dos, esa estupenda grasa del cerdo ibérico aporta todo el sabor, la untuosidad y el aroma que hace que sea un embutido tan sabroso y apreciado en todo el mundo.
Quizás el embutido que no tiene tanto que ver con este chorizo y salchichón, ya que no es carne picada con grasa y especias, sino que es la pieza completa, es el lomo ibérico, que una vez adobado, se embute en la piel y se pone a secar.
El lomo ibérico se ha convertido en la segunda pieza curada más cotizada de los ibéricos, siempre después del jamón ibérico y la paleta ibérica.
Aquí podemos entrar a discutir cuál puede ser el tercer clásico más reconocible de nuestra gastronomía, y sobre todo si lo hacemos desde la perspectiva de un visitante extranjero. Además, también depende mucho de la región del mundo de donde provenga este visitante.
Por ejemplo, para regiones en las que predomina la religión musulmana, obviamente, no estará de acuerdo con esta selección, mientras que para otras culturas son auténticos manjares.
Para nosotros, vamos a poner como tercer clásico el queso curado o semicurado. Por la tradición, por la cantidad de tipos de queso que se producen a lo largo y ancho de la península.
Un queso curado debe tener una curación mínima entre 4 y 7 meses, por lo que son quesos con una cantidad inferior de agua y por lo tanto, con un sabor más fuerte. Sin embargo, los semicurados, con tan solo 35 días de curación como mínimo, tiene una textura más blanda con un sabor más intenso.
Por otra parte, el otro candidato a ser ese tercer clásico, será la tortilla de patatas, con o sin cebolla, eso es un debate que se puede hacer en otro momento. ¿Quién no recuerda cualquier excursión al campo, o a la playa, que no incluya unos ibéricos, ya sea en bocadillo o en loncheados, como una buena tortilla de patatas?
O en el caso de que se te ocurra cualquier otro que pueda sustituir al queso o a la tortilla, y que nos represente a todos, estamos encantados de leeros.
