El jamón ibérico es un manjar, una auténtica delicia en sí mismo, pero para disfrutar y saborear todos sus matices debe ser cortado a cuchillo.
Por supuesto, un buen jamón siempre será un buen jamón pero, desde luego, si se conserva adecuadamente y además está bien cortado, a cuchillo, la experiencia será mucho más satisfactoria a la hora de degustar esta joya de la gastronomía.
Por otra parte, no menos importante, un buen corte a cuchillo garantiza más platos de jamón, que también es de agradecer.
Cortar bien un jamón ibérico (o una paleta) es fundamental para optimizar la experiencia en boca. La forma y grosor del corte influye en el sabor y textura del producto, mejorando los matices del mismo. Un buen cortador de jamón conoce, por supuesto, la anatomía de de las piezas y ejecuta con maestría las técnicas necesarias para explotar al máximo el sabor y potencia las características de cada parte concreta.
Una loncha cortada demasiado gruesa y en la dirección equivocada hará que se resienta la textura dejando de ser un bocado suave que se deshace en el paladar. Por este motivo, siempre debemos recordar que el loncheado de un producto ibérico deber ser fino y certero.